No es Monrovia, tampoco el Bronx, ni un gueto parisino, es Salt, en Gerona, uno de los pueblos más multiculturales de España: Con un cerca de un 40% de población extranjera, sin contar a los extranjeros nacidos en territorio español que cuentan con la nacionalidad, el municipio catalán de Salt es un gueto multicultural preludio de lo que le espera al resto de Cataluña si no reacciona de forma inmediata frente la inmigración.
En Salt, cuanto mayor es la proporción demográfica de inmigrantes, mayoritariamente de origen africano, menor es la proporción de habitantes españoles. Muchos se marchan, no están dispuestos a vivir en un pequeño Saint Denise español, otros simplemente son reemplazados demográficamente; el 75% de los nacidos en Salt son de origen extranjero.
El pasado domingo, nuestro equipo visitó la localidad, lo hizo durante el mitin electoral de Santiago Abascal, completamente blindado por medio centenar de agentes de policía y de seguridad privada. Allí, nos encontramos a un par de cientos de valientes españoles que, precavidos, se acercaron hasta la plaza donde intervenía el líder del único partido político con representación dispuesto a solucionar el conflicto multicultural: La inmensa mayoría rechazaba conceder entrevistas, tenían miedo y nos advertían de probables represalias contra ellos. Tras el cordón policial, un gueto. Caminamos durante 500 metros bajo la atenta mirada de decenas de africanos que vociferaban amenazas e insultos de todo tipo: «Te voy a violar puta» le dijo uno de ellos a nuestra reportera.
Y es que, no en vano, VOX cuenta con 4 concejales en el pueblo y un 16,5% de voto en las municipales, presentándose como tercera fuerza política solo por detrás de los partidos de la inmigración; ERC y el PSOE. En Salt, no hay ni rastro del PP, que no tiene representación y los vecinos nos cuentan que, en su situación, «los populares están obsoletos». VOX, también superó al PP en las generales de 2023.
Por otro lado, una minoría española se resigna y traga en un ejercicio de autodestrucción. Una chica nos comentaba fuera de cámaras que recientemente le habían atracado en Barcelona, en las proximidades de otro gueto catalán, el Raval. La víctima, reconocía la condición de extranjeros de sus atracadores, pero sin embargo, los defendía: «Son delitos menores, (robos, atracos…), hay que ser comprensivos». Y es que en Salt, como en Almería, Cauta, Barcelona o Murcia, hay dos tipos de españoles: Los que aceptan en silenciosamente el estado multicultural y asumen la inseguridad en nombre de la corrección política, y los que no están dispuestos a convertirse en víctimas y extranjeros en su propia tierra.
Fundador y administrador de HerQles.