EL ESPERPENTO FEMINISTA DEL 8M

Hoy es 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. Una fecha completamente politizada, con sectarismo y demagogia, de la mano de la extrema izquierda radical. Absurdeces aparte, el sentido común: El día de la mujer son todos. Al igual que el día del hombre. Ambos nos necesitamos y uno no podría existir sin el otro. Hay que ser muy conscientes, que algunos solo buscan una ridícula guerra de sexos. Así funciona la izquierda. Siempre ha necesitado enfrentamientos. Antes era la guerra de clases. Ahora, de sexos. Con el agravante de que puedes auto percibirte lo que quieras cada día. Una locura más de la izquierda woke.

Hace años, esta fecha recibía el nombre de “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”. Como quien sale a las calles a montar manifestaciones y concentraciones, poco trabajo ha hecho en su vida, quitaron la palabra trabajadora. Porque sí, hoy las mujeres de verdad han ido a trabajar como un día más. Lo que han conseguido con su esfuerzo, estudio, méritos, capacidad y valga la redundancia; trabajo. Ellas trabajan para pagarle la fiesta a esos sindicatos, asociaciones estudiantiles, organizaciones y chiringuitos que son los que montan las manifestaciones.

Manifestaciones y concentraciones en las que se han escuchado obscenidades como “Abascal criminal” y una catarata de insultos hacia VOX. Sí, hacia los que piden cadena perpetua para violadores y asesinos mientras el maravilloso gobierno feminista de Pedro Sánchez, ha provocado la excarcelación de 70 agresores y más de 700 rebajas de condena. Curioso cuanto menos.

Unas manifestaciones con manifiestos en los que se habla de “capitalismo opresor”. Porque sí, en los regímenes comunistas, está claro que las mujeres viven mejor. Por cierto, esas consignas las gritan mientras tuitean desde un iPhone y se hacen fotos para Instagram. El capitalismo, que es muy malo.  Es maravilloso ver como algunas se creen revolucionarias, por sacar una pancarta. Cuando todo el establishment, apoya estos movimientos. O creerse “superwoman” por luchar contra un falso patriarcado y una falsa opresión. Para opresión, esas teocracias islamistas que tratan a las mujeres como animales. Ahí no verá nadie a ninguna feminista española montando manifestaciones. Pero luego te dicen que el problema es la iglesia católica. Te tienes que reír. Incluso, si hablas del aumento de la inseguridad en las mujeres por esa llegada masiva de gente con culturas incompatible con la mujer, te llaman racista. Sí, te tienes que reír.

En España, todos los derechos están garantizados y la igualdad está reconocida en el artículo 14 de la constitución. De hecho, los hombres son los que deberían quejarse ya que, ante la denuncia de una mujer, se quedan sin presunción de inocencia, se les presume culpables y por el mismo delito; reciben más pena que una mujer. Si un hombre agrede a una mujer, violencia de género. Si una mujer agrede a un hombre, violencia doméstica. El primer caso tiene el doble de pena. ¿Qué igualdad es esta?

Muchas de estas feministas, te hablan del mantra de la brecha salarial y el techo de cristal. Ambas cuestiones, inexistentes en España. No hay ningún convenio colectivo de ninguna empresa que refleje diferencias de salarios por motivo del sexo. Sencillamente, porque es ilegal y denunciable ante las instancias judiciales correspondientes. En España, todas las personas pueden estudiar lo que quieran, emprender, montar un negocio y llegar a lo más alto con esfuerzo, trabajo y dedicación. Tal vez el problema sea que mucha gente quiere que le regalen todo por su cara bonita. O mejor dicho, por su sexo bonito.

Y por último, lo más gracioso: “Un hombre no puede hablar de estos temas del 8M. Solo las mujeres” Con la nueva ley trans, cualquiera puede auto percibirse mujer en cualquier momento. Por lo que yo, hombre, hoy me siento mujer para poder hablar de esto. ¿Suena absurdo verdad? Pues la responsable es Irene Montero, a la que hoy aplauden las de las manifestaciones. Feliz 8M a las que se lo merezcan.