Este 2024 nos ha dejado indeseados momentos como la gota fría, en Valencia, la cual ha
causado una gran confusión en la población española. «¿Cómo es posible que algo así
ocurra en mi país?», es una pregunta que se hacían muchos. Es una mayoría, la que
percibe a España como un país lejos de ser tercermundista, cuando la realidad es otra. No,
no somos un país tercermundista, pero se nos trata como a uno. Ya lo veíamos cuando se
nos fue impuesta la Agenda 2030, ahora también en vistas a la última Agenda 2050. Sí, en
España se menosprecia a los españoles. Se te menosprecia como ciudadano. Las ayudas
no llegan, y si tratas de ayudar, ten cuidado porque también te verán como una amenaza.
La mayoría de medios han estado asfixiándonos con críticas a todos aquellos que
estuvimos, y seguimos, dispuestos a ayudar a los más afectados. Cuando la realidad es que
son aquellos que están en el frente llenos de barro los que le dan sentido a todo.
Porque claro, pretenden que sigamos de brazos cruzados, haciendo como que estamos
protegidos por el Estado.
«El Estado somos todos» decían como forma de excusa para, una vez más, desviar la
responsabilidad y desviar la atención de quien de verdad es responsable de las estrategias.
Por eso, lemas como «Solo el pueblo salva al pueblo» eran corroborados. Y aún así, seguirá
habiendo personas que, desde su burbuja, creerán vivir en un país súper avanzado. Solo
teníamos que ver como, aún así, había personas celebrando por todo lo alto Halloween,
cuando ni siquiera forma parte de nuestra identidad.
No creo que sea necesario haber vivido en el pasado para comprobar si éramos tratados
más dignamente. Me refiero a, por ejemplo, las demonizadas construcciones hidráulicas.
No, estas no eran una forma de decir «mira, qué grande soy», sino más bien una forma
indirecta de proteger a los españoles. Actualmente, en el puesto de mando se encuentran
los agentes del caos, y es que a estos no les importa proteger a los ciudadanos, sino que se
mantengan dichas estructuras de poder.
No quiero que 2024 se vea resumido en este hecho, pero es algo que corroboró una vez
más que en España la prevención es algo de mera importancia, ya sea en cuestión de
criminalidad, catástrofes naturales, etc. Siempre se trata de reparar algo una vez el daño
está hecho, para que el político de turno lo tergiverse. Difuminar la culpa en la
responsabilidad compartida es algo que se les da muy bien. ¿Quién cuida de ti? Todo aquel
que verdaderamente esté operativo, desde el ciudadano de calle hasta el militar deseoso de
entrar en acción. Seamos servidores, no serviciales ni serviles, pues vale quien sirve. Pero
se nos olvida que mandar también es servir.
La realidad, querido lector, es que caminas sobre las cenizas de una civilización y que el
lugar en donde creciste ya no será el mismo en el que lo harán tus hijos. Pero recuerda
algo, y es que la historia de España está repleta de valientes que se negaron a abandonar
su puesto, aún sabiendo las circunstancias. Es nuestro deber tomarlo como ejemplo y
volveremos a bailar como un día los españoles hicieron.