Alternancia en el poder, promesas incumplidas, traiciones a votantes, pactos ocultos, mentiras, aplicación de agendas globalistas internacionales, corrupción institucional, cesiones al nacionalismo y separatismo, repartición de jueces para “cumplir la ley” y magníficos acuerdos de Estado. Todo esto y más durante 45 años de democracia. En resumen, bipartidismo corrupto del que ignorante de mí durante años participe fui. Afortunadamente, nadie nace sabido y errores todos cometemos, más cuando de nuestra juventud se trata. Candidatos caerán y el tiempo pasará, pero tanto los medios de comunicación, como la prensa, se encargarán de mantener a flote tanto al PP como al PSOE mediante debates, focalizando únicamente a ambos partidos que aseguren el sistema e ignorando al resto de fuerzas políticas con encuestadoras afines, en las que o bien llamadas CIS o bien llamadas Gad3, tendrán como objetivo lanzar políticamente a sus candidatos con el mismo efecto que la viagra es al sexo.
Preguntémosle si no al cacique gallego el cual en 12 meses ha pasado de tener de 65 a 130 escaños, de Sánchez ya ni hablemos. Pero queridos lectores, no hay mayor ejemplo que justifique mi humilde opinión que los hechos de los que están enfrente, ahí tienen al PNV ofreciéndose a ayudar a los dos grandes partidos para frenar a VOX, sabiendo realmente con quienes están encantados y con quien su chiringuito iría a flote. Y es que Vox no es el PP al que están acostumbrados a domesticar y a manejar como quieren, teniendo alguien con quien confrontarse y atacar, pero indirectamente estando encantados con él, al saber que cumple con sus programas. De ahí la desfachatez y superioridad que siente la izquierda, la cual, en 2 meses, ha rebajado la pena a 250 violadores, ha intentado asaltar el TC, ha eliminado el delito de sedición y reformado el de malversación para que pegar golpes de Estado y robar quede impune; para decirle a los “populares” con quien o no deben pactar. De ahí el miedo infundido a la “superultraturbomegahiperextremaderecha”. De ahí las lecciones de corrupción a Feijoo y de ahí el viaje al “centro centrado” de este, bajándose los pantalones, abrazando la socialdemocracia y el centrismo alejándose de VOX, para terminar, ofreciendo un gran pacto de Estado, buscando la abstención socialista, si ganan las elecciones. Empezaremos socialmente a prosperar cuando seamos conscientes de que el PP no es parte de la solución sino del problema.
Maldito e inexistente centro ideológico que a partidos enteros desde la transición por delante se llevó, pasando desde la UCD a UPyD y terminando en Ciudadanos. Ideas vacías de contenido que contentan a todos pero que nadie vota, ya que, para copias, existen los originales. Intentar contentar a los que jamás los votarán, dando por hecho que su perfil de votante medio haga lo que haga el líder supremo los seguirá votando. Pudo servir tal estrategia durante los años del bipartidismo al no haber ningún otro partido más ocupando el espectro ideológico, ahora el votante insatisfecho se va. El nacimiento de VOX dada la deriva suicida del PP es el mejor reflejo.
Díganme, ¿cuántas leyes ideológicas de la izquierda creen ustedes que va a derogar el señor Feijoo siguiendo una estrategia política en la cual el PSOE se ha extremado a la izquierda dejando sin cubrir electoralmente el centro, la socialdemocracia y el socialismo desencantado, queriendo ocupar ese espacio colindando así con el PSOE? Ninguna. De nuevo alternancia al más estilo “marianista” esperando a recibir la ruinosa herencia socialista, intentando amansar con propuestas de bajadas de impuestos a la fiera que pacta con el brazo político de la ETA. Sí, de chiste y de buena imagen sosegada y moderada, ridícula y absurda más bien.
Mismo perro distinto collar, estafadores que, aprovechando el asentamiento territorial bipartidista a lo largo de los años, intentan venderse como alternativas siendo simples relevos. E incluso ni eso si el acuerdo es con los socialistas. Aunque seamos positivos, si hay algo positivo del «nuevo PP», es que no engaña como el anterior. Va de frente, personajes como Cuca Gamarra, Borja Sémper o González Pons, entre otros, hacen que el que vote esto sepa lo que está votando y sea perfectamente responsable directo, a sabiendas, de las consecuencias que se pudieran derivar. Finalmente, si esto se consumase, la vía libre de la derecha española quedaría despejada. Es necesario un único partido fuerte y consolidado en el espectro sin dividir el voto, que vaya de cara, haga oposición y cumpla. Esperemos que Vox lo sepa aprovechar.