¿Cómo nos encontramos hoy?

“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”

El Mundo

Terrorismo islamista, Covid, Restricciones a nuestra libertad, inestabilidad política… la historia de nuestra época es muy difícil de resumir, y más aún de explicar e hilar de forma concisa y clara con nuestro presente. Quizá la mejor forma de intentar acercarnos a este objetivo sea recalcar esta idea: que desde la Caída del Muro de Berlín hasta hoy, el S.XXI. se caracteriza por su turbulencia y rapidez.

Cae el Bloque Sovietico, y el marco cultural en el que vivían nuestros padres con él. Es el siglo de la Hegemonía cultural yankee, de la apertura total de los mercados, de la omnipresencia y omnipotencia de quienes viven al otro lado del charco. Hay quien dice que se llega al fin de la historia, donde la democracia liberal se ha impuesto sobre todos los demás modelos, para siempre.

Y de pronto, el 11S. Ese mundo idealizado cae de la misma forma que caen las Torres Gemelas. Comienzan las guerras neoimperialistas, redescubrimos que siempre van a haber visiones del mundo opuestas a la nuestra. Aparecen nuevos Estados que están luchando por hacerse un hueco en el tablero mundial…

Poco a poco nos acercamos a la actualidad: aparecen muchos retos que ponen en jaque a esa élite acomodada. Una pandemia nos enseña que quizá no era tan buena idea abrirse tanto al exterior. Llegan oleadas y oleadas de personas en busca de un mejor futuro, y en sus vientres, oleadas y oleadas de hijos y nietos que se sienten desarraigados de esa nueva “Tierra de Oportunidades”, y que responden reafirmandose en sus orígenes. Por si fuese poco, encima la “Tierra de Oportunidades” se queda sin oportunidades para nadie, ni para los autóctonos, tras 2 letales crisis que nos recuerdan, otra vez, que quizá eso de abrirse tanto no era buena idea.

Ante este mundo Global para todo (sobretodo para lo malo), algunos valientes responden, y desde entonces los medios no pararán  de señalarlos. Porque ellos, los poderosos, controlan el tablero político, económico y cultural.

Y en todo esto, ¿Cómo está España?

Pues, prácticamente tal y como está el resto del mundo: hemos vivido en nuestra tierra otro atentado de igual magnitud (el más importante de Europa), que también cambió el rumbo de nuestra historia (quizá sin demasiadas explicaciones). Hemos abandonado el bienestar de épocas pasadas. También tenemos esas oleadas en nuestros barrios. Hemos sufrido crisis y, sobre todo, turbulencias: Un intento de golpe de estado para independizar una región de España, cuyos autores han sido indultados y, esto ya es de risa, para los cuales se va a derogar el delito que cometieron. Nos han robado a manos llenas nuestro dinero quienes se supone que deben velar por nuestro bien, dando igual si es en Madrid o Andalucía, o si el partido de turno es azul o rojo. Hemos visto como, por la Pandemia, un gobierno se ha saltado a la torera la Constitución que ellos mismos redactaron en el pasado. Nos intentan decir que las tradiciones de nuestros pueblos están desfasadas, que mejor consumir aquello que los mercados te ofrecen. También que luchar por un ideal es algo absurdo, que mejor te vayas a la discoteca, te tomes unas copas, y te olvides que vives en una distopía.

Han llegado a decirte que quitar vidas es un derecho, y que querer protegerlas es radicalismo. ¿Por qué? Porque a día de hoy, es el Progresismo el que controla todos los ámbitos. Ellos tienen el dinero, pues se han aliado con las grandes empresas que quieren mantener su poder de clase intacto y obligarte a ser un simple número, un consumidor, que compre lo que quieren venderte. Ellos tienen el poder cultural, a través de la charo de tu profe, de sus medios de comunicación (Prisa, Planeta…), de los libros, etc. Y ellos tienen el poder político, a través del control que ejercen sobre todos los partidos “mainstream”, aquellos que acatan sin dudar sus dogmas y marcos. Sobre todo, el partido que construyó este régimen: Don PSOE.

Actualidad

Y es que el PSOE (y no sólo Sanchez, que es un peón) domina el tablero. Es el partido que controla las instituciones educativas, son sus cachorros de la extrema izquierda los que controlan las calles, y son sus fortunas amigas las que controlan los medios y el dinero. Por eso, siempre que hagamos la más mínima cosa en contra de su forma de ver el mundo, se nos echarán encima con todo lo que tienen.

Hoy, la mayor vergüenza de todo: el linchamiento por querer dar la posibilidad a las castellanas y leonesas embarazadas de escuchar y ver que, dentro de sí, tienen algo más que “unas células”: tienen una Vida. Para algunos, esto es una locura. Para otros, un inconveniente.